viernes, 7 de noviembre de 2008

Pofundizando en el análisis del Ser que Somos.

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          Referente a cuando abordamos nuestra relación con Dios o el Ser Supremo que cada cual concibe, no sé darle forma mental a algunas expresiones populares (unas más antiguas y otras más modernas) que expresan, más o menos, lo siguiente:

          “Dios nos creó” (como algo diferente a Él), “Le pido a Dios...” (señalando como que está arriba o en alguna parte fuera de quien habla), “Somos Dios” (con la pretensión de que actuemos desde afirmaciones para lograr lo que deseamos vivir), “Dios está en mí” (como que alimenta mi ser desde allá donde Él esté), “Somos Dioses” (aludiendo a que nuestro potencial es infinito), etc.

          Hoy, 7 de Nov. de 2008, interactuando en un diálogo con un par de amigos a los que acababa de conocer, logré concebir esa relación “Deidad /// Yo-idad” de la siguiente manera:

          * Soy una Potencialidad de Dios, del Absoluto, desarrollando su peculiaridad.
          La Gota o Yo-idad que soy del Mar o Deidad del que formo parte, es esa peculiaridad concretísima de Éste, que diferenciada de las demás en la porción infinitesimal que Soy de Él, trata de expresar desde sí (desde mi Yo-idad) y en base al desarrollo experiencial diferenciado, la totalidad que en mi Esencia está, es decir, la totalidad del Mar en el que todos Somos.

          * Se trata de experimentar la Totalidad desde la peculiaridad que como Yo-idades diferenciadas nos constituimos.

          * Soy en el Todo, en la Unicidad, como esa partícula subatómica que tiene la posibilidad de expresar su desarrollo experiencial gracias a esa interacción constante, y cíclica a un mismo tiempo, con otras partículas y que hace posible a su vez la manifestación de la riqueza vivencial del átomo en sí.
          En el Vacío cuántico de la inmanifestación Soy Uno con Todo, mas en la proyección de mi cualidad Yo-idad, surgida desde el sentir de experimentar la Totalidad desde la diferenciación de cada potencialidad del Uno, soy peculiaridad de Éste en proceso de expresión y desarrollo de tal diferenciación desde la nada significativa, desde el nacimiento como Conciencia que prescinde de lo Absoluto para llegar de nuevo a Él a través del Camino del despertar (materializar = concretar, definir) los valores inmersos en la Esencia que me constituye.
          Tal desarrollo de Yo-idad desde la peculiaridad me posibilita la creación paulatina del Universo diferenciado al que voy dando lugar, factor de enriquecimiento de la Globalidad de la que me nutro como parte intrínseca que soy de Ella.

          * Y ¿cómo es posible concebirme como Una Gota diferenciada del Mar, si aquella disuelta en ésta pierde su identidad?
          Solamente asemejando la Gota no al volumen y estructura de una Gota en sí (ésta ya constituye un mundo de contenidos diminutos), sino extrapolando la idea a un Mar de extensión infinita y a una Gota de extensión “puntual”, es decir, con “cero” de extensión o posibilidad de contenido múltiple inicial.

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          Tras una noche de reposo de la conciencia sobre este asunto a dilucidar, en la mañana consigo concretar esto otro:

          * Surgí del Absoluto como una chispa de Vida manifiesta, hacia un peregrinaje eterno para ir reconstituyendo o “recreando” desde mi Yo-idad diferenciada la Conciencia de la Totalidad en la que Soy. Partí desde la Nada conciencial del Ser que Soy, como mera Potencialidad, para reconstruir desde mi diferenciación la Inmensidad a la que pertenezco, de la que formo parte y de la que me nutro como Ser.

          * Mi Reto es el avanzar a través del Velo de la Ignorancia de mi propia Esencia, fuente de inseguridad generadora del miedo hacia el dejar de Ser, de donde brotará el Ego individual que origina el sentimiento de separación de todo aquello que esté “fuera” de mi Yo-idad y que se constituirá director de mi proceder manifiesto hasta tanto no haga crecer mi Conciencia hacia la percepción de la Esencia que Soy, para a partir de ahí seguir avanzando en la recreación del Absoluto desde la Conciencia de Yo-idad que Soy y la Unicidad que Todos Somos.
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viernes, 31 de octubre de 2008

¿No te gusta este Mundo en lo que hoy ves de él?


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¿No te gusta este Mundo / en lo que hoy ves de él?
Examina en tus adentros / qué hay en ti que quieras ver
en lo externo de esta vida / y pon en ello tu hacer.

No tienes que debatir / ni entrar en confrontación,
ponte a crear desde ti / con tu sentir y tu acción,
que el eco de tu proceder / es más fuerte que el dinero
y las luchas del Poder.

Nada viene de lo Alto,
no hay Arriba ni Abajo, / no hay Delante ni Detrás,
sólo existe tu Interior / y lo que por Fuera está.

Mas lo de Fuera no es / una realidad allá,
es lo que muestra que en ti / debes reconsiderar,
qué es lo que quieres por Dentro / potenciar o desechar.

Siempre hubo conflictos y guerras,
riqueza, pobreza, poder y opresión,

y por mucho que se hiciera, / al final aparecía esa misma situación,
pues alterados por dentro, / nada de lo que existiera entonces
podía cambiar de condición.

Lo que rige nuestra Sociedad
no son los modos del Gobierno, / sino el tipo de emociones
que entre todos alentamos / y que a aquel le transmitimos.

Si quieres una Sociedad de Paz,
cambia, pues, tu vibración
hacia la que afuera quieras encontrar.

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jueves, 16 de octubre de 2008

Crear en mí es ...


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Crear en mí es
intervenir en los demás
en aquello que deseo
sea más en mí.
El campo de cultivo
de los Valores en mí,
no está en mi programación mental,
sino en lo que procure aportar
de las necesidades de otros
que también lo son en mí.
Si aporto Conciencia de Ser,
ella crecerá también en mí
y algún día sabré
que lo que construí en mí
es lo que florece fuera
y que muestran mis circunstancias,
el mundo al que doy lugar,
reflejo de mi mundo interno.


          ------------- COMENTARIO : ------------

          La Vida consiste en desarrollar la “capacidad creativa”, en lo cual vas tomando conciencia de lo que “crees que eres”, hasta que descubres que lo que construyes fuera te va posibilitando crear en ti de aquel Valor o cualidad que tiene lo creado fuera, sea una Forma o elemento material, o un Marco social, familiar, etc.

          Con todo esto llegamos a la Ley: “Lo que quieras en ti, hazlo en los demás”.

          Al surgir como almas individuales, surgió la conciencia de lo externo, el camino del comportamiento desde los aspectos externos, los aspectos de las formas, sujetas al Espacio y al Tiempo, hasta que adquirimos la capacidad de introspección para ver en nuestro Interior y descubrir que el mundo al que damos lugar fuera, así como cualquier elemento de “lo que percibimos” de la vida externa, dimana de lo que hay dentro de nosotros, en nuestra Potencialidad interna, a través del campo o filtro de las Emociones y Pensamientos.

          Cuando comprendo que en lo que a través de ese crear fuera voy logrando “abrir dentro” los matices de mi creatividad interna, de donde dimana lo externo que a mí llega, entonces vuelco mi atención a la estructuración de la verdadera causa de la creación, el despertar los Valores esenciales que constituyen mi Ser.

          Antes de nuestro surgimiento como Individualidades, acostumbrados a estar o ser siempre “Dentro” (inmersos en el Todo, en lo Absoluto), al abordar la conciencia del “fuera” iniciamos el camino de conocer lo que es ese fuera y tratar de encontrarnos de nuevo a través o a partir de él.

          Si construimos en nosotros Paz, eso es lo que iremos dando o construyendo fuera, de lo cual irá surgiendo aquello que nos envolverá. Si en lugar de paz cultivamos egoísmo, crearemos “fuera y dentro” eso mismo. Lo que realmente creamos, pues, son “Valores”.

          En definitiva, debemos alcanzar a ser Soles, cuya luz induce a desarrollar la Conciencia de Ser que en Esencia Somos.
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viernes, 5 de septiembre de 2008

Vivir es "crear en ti" a través del Compartir.

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          * Vivir no es buscar “fuera” para llenarte con ello.

          * Vivir es “crear en ti”, para luego compartirlo, es decir, sacarlo fuera y aportarlo a otros, para poder “vaciarte dando de ti”, de lo que vas siendo por dentro.
          Al “sacar” de lo que somos dejamos listo (presto) a nuestro Ser, a través de nuestra Conciencia, para poder seguir llenándose a través de nuestra propia creatividad en nosotros.

          * Los trabajos ordinarios (nuestra aplicación laboral) tratan de cumplir esos objetivos, pero sólo los cumplimos cuando entregamos en ello de nosotros, no de lo que tenemos “con” nosotros (factores externos), sino de lo que tenemos “en” nosotros (factores intrínsecos).

          * Ese “vaciarnos” aportando no implica el imponerlo a los demás, sino solamente mostrarlo, a fin de cubrir un triple objetivo, uno externo y dos internos, a saber:
          a) Aportar nuestra propia experiencia, por lo que pueda ser de utilidad a otros, cosa la cual, mientras más detalles y elementos de nuestra vivencia y de nuestra comprensión saquemos, más factores de utilidad y eficacia podrá contener nuestra aportación.
          b) Al sacar de nosotros, liberamos de la estructura de nuestro Ser factores vitales que ya “han sido”, con lo cual lo fluidificamos, le quitamos densidad, y queda más apto para recibir experiencias (intelectivas y/o emocionales, según aquellas que saquemos) cada vez de contenidos más sutiles, más evolucionadas que aquellas que ya vertimos.
          c) Adquirimos la posibilidad de autoanálisis de todo cuanto va saliendo a través de nuestra comunicación a los demás, siempre que hayamos cultivado la capacidad de observación de lo que va brotando de nosotros mismos. El mero hecho de tratar de hacer entender a otros lo que fue nuestra experiencia, aporta a nuestra Conciencia más detalles de los hechos en sí, lo cual nos posibilita una mayor comprensión de lo experimentado, con lo que sin la necesidad de aportación de los demás sobre nuestra comunicación, nos enriquecemos a través de nuestras propias palabras, gestos y actos.

          * Crear en nosotros es ir aportándonos de aquello que tendíamos a buscar o hallar fuera, tal como “respeto”, “consideración”, “aceptación”, “atención”, “valoración”, “seguridad”, “estabilidad”, “confianza”, “comprensión”,... Y para ello es preciso ir conociendo nuestra verdadera Naturaleza, a fin de ir sabiendo qué va en consonancia con ella y qué no, todo ello referido a de qué alimentos nos nutrimos, qué aire respiramos, qué ambientes nos envuelven, qué vínculos emocionales establecemos con cada persona, qué expectativas ponemos en cada cosa, situación o persona,... y, sobre todo, desde qué estado interno (mental y emocional) intervenimos en cada situación cotidiana.

          * Somos en el Cuerpo la proyección de nuestros valores mentales internos, y somos en la Mente la proyección de los valores despertados por nuestro Ser en la Conciencia que a través del plano encarnado venimos a desarrollar (conciencia de ser).
          Nuestro Cuerpo es el plano más denso, pero al mismo tiempo es el más vulnerable de todos ellos, siendo por ello el que nos posibilita percibir y trabajar a través de él los planos de la Mente, escurridizos en sí mismos por su condición de abstracción y movilidad.
          Andar con “los pies en la tierra” requiere la comprensión de la utilidad de nuestro Cuerpo para traer el Espíritu a la Conciencia de los niveles de la encarnación.

jueves, 31 de julio de 2008

Trascendencia de la respiración en las pautas de la Mente.

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          Mis experiencias con el tema respiratorio abarca diversas facetas, que abordo en varios puntos:

          La más trascendente es lo aprendido de que “donde pones tu Conciencia mientras respiras”, de allá te llegarán los modos de la energía que canalizas hacia ti.
          Si la conciencia te la atrapan los Pensamientos, de ellos te irás alimentando; de la cualidad energética que ellos tengan.

          Cuando concentras tu conciencia en percibir alguna sensación que ocurra dentro de ti, te alimentarás energéticamente de lo que sea la cualidad de ese sentir.
          Si te concentras suficientemente en ese sentir, la energía que tiende a venir en forma de pensamientos se convierte en energía de sentir, disolviéndose aquellos cada vez con más fuerza, por lo que en actos de enfoque de la conciencia hacia un sentir interno pronunciado, la mente toma otro mecanismo de uso de la energía, tal como ocurre cuando potenciamos la audición o el tacto a costa de no prestar atención a la visión, por ejemplo.

          Ejercitarnos en inspiraciones profundas forzadas, aunque serenas, así como en la retención posterior del aire, en la espiración plena y en el mantenernos unos instantes sin aire alguno en los pulmones, facilita el “atrapar” la mente hacia la percepción de la sensación que cada una de esas acciones genera en nuestro interior, dejando a un lado la aparición del “usual lenguaje” o forma de manifestación de lo que llamamos pensamiento.
          Cuando ese centramiento de la conciencia hacia el “sentir” interno lo ejercitamos con frecuencia y suficiente atención, podremos ir observando cómo la “función pensamiento” se ralentiza considerablemente.

          Con esa práctica aplicada a la atención de la respiración, poco a poco adquirimos capacidad para centrar la conciencia en estados internos más sutiles, es decir, de menor incidencia en mecanismos físicos.
          Esto nos irá situando, con el tiempo, en la conciencia de cómo nos sentimos internamente (en nuestro estado emotivo y orgánico) en aquellas situaciones en las que nos vayamos encontrando, para que vayamos calibrando cómo vivimos cada situación y no ya sólo qué realizamos fuera en ellas.

          Lo de mayor importancia que esto anterior va desarrollando es que nos ofrece la posibilidad de ir constatando desde qué aspecto nuestro (desde qué actitud y ánimo interno) vamos abordando cada momento de nuestra vida y qué resultas va generando, así como el percibirnos parte del objetivo de nuestro hacer, es decir, de ser espectadores y, tras ello, desarrolladores de la personalidad que deseamos vaya tomando las riendas en nuestro ser.
          Nos inducirá esto al conocimiento de que mientras más armónicos y equilibrados en nosotros estemos, más eficacia hacia fuera desarrollaremos, cobrando así el trabajo interno personal la trascendencia que realmente tiene.

lunes, 14 de julio de 2008

Más reflexiones sobre la Conciencia del Ego y la del Alma.

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          *** Unas cuantas consideraciones más que me han surgido reflexionando sobre la Conciencia del Ego y la del Alma:

          El Ego ofrece a la Individualidad una salida a su problema (de miedo, abandono o soledad) desviando la atención de “lo que está ahí en el interior” como causa del problema, hacia “lo que queremos obtener del mundo exterior”. No será la solución, pero aportará alivio, tal como ocurre con las medicinas basadas en los síntomas externos y no en la causa intrínseca del individuo.

          Ejercer poder y control sobre nuestro entorno, al tiempo que buscamos el reconocimiento de los demás, nos da cierta satisfacción de seguridad, pero siempre transitoria, pues no es del entorno de donde surgen las cualidades del mismo, y siempre necesitaremos ir ampliando nuestras estrategias hacia él.

          El desarrollo que el Ego ha experimentado con esa constante actualización de estrategias, ha sido muy interesante o valiosa, pero ya reclama de la intervención de otros modos de nuestra mente para dar seguridad estable a nuestras vidas, y la alcanzamos cuando aprendemos a intervenir sobre las actitudes que se instalan en nuestros estados emocionales y en los criterios que alimentan a los pensamientos que canalizamos.

          Fácilmente nos dejamos atrapar por la fuerza de nuestros sentidos corporales (sensaciones físicas) y tendemos a volcarnos a dar abastecimiento a aquellos y seguridad al Cuerpo que los genera y mantiene.

          La conciencia del alma ama la verdad y no el control y el poder sobre lo externo, y la verdad de la cualidad de lo externo se encuentra en nuestros estados internos, allá hacia lo que tenemos ya que dirigir las pretensiones de nuestra individualidad.

          Es comprensible el desconcierto que se produce en el periodo de pase de un modo de conciencia (externa) a otra (interna), como ocurre cuando nos iniciamos en una terapia alternativa que ha de sustituir a aquella en la cual antes nos basábamos plenamente. Sé que es duro cuando hay que decidir qué opción tomar en una situación crítica. Actuar sobre lo crónico (lo con poco aliento de mejoría) es más fácil y es por donde comienzan las terapias alternativas, con poco ya a perder si no resulta, pero en lo que aún pareciera admitir a la vieja medicina es donde está el mérito del atreverse al cambio, mostrando con ello una verdadera apertura a la nueva conciencia.

          La primera etapa con la que nos encontramos al iniciarnos en la potenciación de la conciencia del alma, es la observación, comprensión y sanación de nuestras heridas internas que motivaron el establecimiento de la conciencia del Ego. Ahora se trata de que el “reconocimiento” que hemos ido buscando fuera, lo alcancemos dentro de nosotros mismos, yéndonos a percibir los valores que realmente constituyen nuestra esencia, tratando ya de darles vida manifiesta fuera, es decir, materializándolos.

domingo, 13 de julio de 2008

Breve esquema del desarrollo del Alma y de la importancia de la Luz y Paz Interior.

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          *** Mi estado interno va generando las características del mundo que me rodea.

          *** No utilizo mi mente para proyectar el logro de mis deseos, sino que uso mi Paz Interior para generar la Felicidad que mi Alma necesita, y potencio la intervención de mi Conciencia para ir comprendiendo la Razón de mi Vida.

          Surgimos de la Matriz cósmica, de la Unicidad plena, desde la voluntad de constituirnos como Individualidad, como Conciencia específica diferenciada.

          En ello adquirimos Conciencia de separatividad, donde fue desarrollándose un Ego, un Yo diferenciado, que asumió el rol de dirección desde la condición de separatividad, desde la consideración de lo que aparecía como diferencias entre los diversos elementos constituyentes de la Unicidad, desde lo que se fue concibiendo como lo externo o formas de manifestación diferentes.

          Este Ego se instaló como “conciencia de sí”, de la Individualidad, y fue siendo útil al Alma hasta que las Individualidades adquirieron amplio desarrollo de su discernimiento, preciso para pasar ahora a la comprensión de que a pesar de ser Diferentes y Propios, formamos parte de la Unicidad de la que partieron nuestras Conciencias como brotes ignorantes de sí mismas.

          Con la Conciencia Dual ya desarrollada de ser Uno diferenciado y Uno con el Todo o la Unicidad, dejar de conducirnos desde las consideraciones externas y hacerlo desde nuestra propia percepción interna, donde está la raíz de nuestro ser, irá posibilitando la intervención de la conciencia del Alma en lugar de la conciencia externa, carente de fundamentos de las necesidades del “Ser” que “Somos”.

miércoles, 9 de julio de 2008

Dualidad complementaria: Relación Femenino/Masculino

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          Conviene primero concretar lo que es propio-esencial de cada uno de estos polos, para entrar luego en un análisis de la situación actual de cada uno de ellos y sus intervenciones recíprocas.

          Femenino.- La Unicidad, el Todo unificado, la Interiorización, la Unificación, el Envolver, el Englobar las individualidades, el hacer sentir que Somos Unicidad. Como individuo aspira a Sentir dentro.

          Masculino.- La Individualidad, la Separación, la Autodeterminación, la Exteriorización, ayudar a la Diferenciación, a apartarse del dejarse llevar por la generalidad. Como individuo aspira a Sentir-se dentro.

          Estamos en un ciclo de la humanidad en el que la Energía Femenina se está elevando en su intervención en el orden y estructuras sociales, tal como ocurriera cíclicamente a lo largo de la historia de la humanidad terrestre, como resultado de las presiones y desconsideraciones de un polo sobre el otro.

          Pero una vez más el enfoque de la intervención de la mujer no está siendo desde la fuente de poder de ésta, que es su estructura interna, sino que se le está induciendo al uso de los modos propios de lo masculino, desde la acción externa (estrados, debates, discursos, trabajos físicos,...)

          No obstante, también está habiendo otra inducción a que la mujer cultive y potencie su intervención desde actitudes internas, desde las cuales, envuelta en paz, confianza y amor, irá transformando los comportamientos y energías humanas hacia las características de la Nueva Conciencia.

          La inercia del rol masculino, de acción externa, ha sido la que ha iniciado el proceso en cuyo carro se ha subido la mujer actual, y esto no es más que el fruto de la intervención de la negatividad (oscuridad, ignorancia, miedo,...) aún reinante. La conciencia realmente femenina tiene que saber ir interviniendo en este nuevo proceso con sus herramientas propias, más allá de las inercias desarrolladas por los roles de competitividad y confrontación, por la pugna de poderes controladores de lo social e individual.

          Para que la energía Femenina, en su nuevo reciente resurgir, pueda intervenir desde un rol de armonización y no desde lo tradicional de nueva confrontación con la masculina, precisa de la intervención conjunta de una nueva actitud de la energía Masculina, de aquella que haya comprendido que la Nueva Tierra debe estar regida por la intervención de nuevas actitudes internas de ambas energías.

          Así como los factores de Individualidad (inicio de la autodeterminación, de la diferenciación dentro del Todo) surgieron con la intervención de la energía masculina sobre la Unicidad femenina, como factores polares surgidos del Uno indiferenciado, todo cuanto surge de la creatividad femenina pasa por los valores de definición, de concreción (dentro del nuevo elemento creado), que aporta la polaridad masculina, y es por esto que en la nueva conciencia se precisa que la energía masculina intervenga desde la ejercitación en ella de su conciencia interior, de la activación equilibrada entre sus valores externos de masculinidad e internos de feminidad, así como del potenciamiento consciente de la Unicidad.

          Hasta ahora la energía masculina ha ido potenciando la conciencia de individualidad, de autodeterminación del Yo. Mas ahora que ya ha captado que todos Somos desde la Unicidad, y que toda intervención externa debe estar acompañada de la conciencia de la actitud interna desde la que brota aquella, de la cual surgen los modos y circunstancias en el mundo externo y social, la nueva intervención de la energía masculina irá enfocada hacia el sentimiento de seguridad externa que envuelva a la energía femenina, para que ésta pueda intervenir desde su potencial creativo interno de paz y concordia, es decir, desde sus verdaderos valores de feminidad.

          No se trata, pues, de que lo masculino genere seguridades externas materiales, sino seguridades a los niveles internos de sí mismo y de la energía femenina. No debe pretender asegurar la subsistencia, sino los sentimientos internos desde donde brota todo acontecer de la vida, de los que va a depender más tarde los modos de la existencia.

          Si bien ambas energías están presentes en cada individuo y ambos pueden dar lugar a creaciones externas de ambientes y modos de relación humana, será con la interacción conciente de ambos (hombre y mujer) como esas creaciones adquieran en el campo de la Dualidad (la vida terrestre) una realidad verdaderamente trascendente y estable.

          El hombre, al estar configurado con una envoltura o aspecto Yin (exteriorizante) y un corazón o núcleo Yang (interiorizante), su intervención será hacia aspectos externos, aunque considere en él (en su nueva actitud consciente) la intervención de su núcleo. Recordemos el símbolo del Yin-Yang interaccionándose mutuamente. La mujer puede actuar con su energía envolvente Yang en los aspectos internos, si bien debe hacerlo desde lo que puede aportar la intervención de su núcleo Yin sobre su entendimiento. La trascendencia, pues, de sus intervenciones surgirá desde la oportuna interacción equilibrada de ambos, que requiere del propio equilibrio individual por separado entre sus factores yin y yang que a cada uno de ellos (hombre y mujer) constituye.

                    Angel Baña

miércoles, 25 de junio de 2008

Primera trampa en el camino de la Paz Interior: Reproches a nosotros mismos.

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          No hace demasiado tiempo (sólo algunos años) que conseguí superar la afectación que se generaba en mí cada vez que percibía cómo perdía el control (alterarme internamente) cuando me veía no haber obrado como trataba de obrar o responder a algo como hubiera querido responder.
          Me decía a mí mismo que no había superado aún lo que creía que sí había superado, pensando que no iba a conseguir nunca esa superación. Pensaba de mí que todo lo había tirado por la borda y que estaba igual que al principio, lo cual dejaba en mí poco estímulo a seguir tratándolo de alcanzar.

          Pero llegué a darme cuenta de que esa parte de mí que reprochaba mi conducta y mis no logros, era precisamente la parte de donde aún surgían esos descontroles internos, es decir, esas partes de sombra aún mías que trataban de hacer hundir a la nueva opción que trataba de instaurarse o afianzarse en mí, como dos energías que pugnan por llevar la directriz de la personalidad del sujeto donde intervienen ambas.
          Las partes que hasta hoy fueron dominadoras de la personalidad, de muchas de sus reacciones internas, tratan de no perder su hegemonía y minan cualquier intento de que sean sustituidas por otras energías.
          En el fondo, tenemos que irnos dando cuenta de que no somos ni un tipo o cualidad de energía ni la otra, sino que estamos experimentando a ambas, como método de crecimiento de lo que realmente somos, Conciencia o Ser en el camino de su autoreconocimiento, de lo que somos en Esencia.

          A partir de entonces y una vez comprendida la trampa que existía dentro de mí mismo para zancadillearme cada vez que constataba un fallo en mis nuevas pretensiones, las caídas emocionales hacia mis comportamientos fueron perdiendo fuerza, y ya hoy las veo como algo natural de nuestra naturaleza, que sólo vienen a informarnos de dónde estamos realmente en esas pretensiones de logros, pero sin carga de afectación alguna. Son ahora más bien unas energías colaboradoras y no distorsionadoras. Pero para ello es importantísimo sabernos despegar del sentimiento de ser una u otra cosa, uno u otro modo de comportarnos o de motivarnos.

          Los nuevos logros de nuestra condición humana han de pasar por erradicar de todos los rincones de nuestro ser (y suele haber mucho escondido por el subconsciente), aquellas actitudes y posibilidades de sentimiento y de pensamiento que no encajen con esta nueva condición, y esto no será posible más que presentándosenos situaciones que nos hagan aflorar lo que aún de alguna manera puede tomar vida dentro nuestra, aunque sean simples vestigios pero sin capacidad de materializarse realmente.

          El modo de superar esas cosas escondidas dentro de nosotros, no es solamente sacándolas a nuestra conciencia, es preciso sacarlas "fuera de nosotros", es decir compartiéndolas con alguien que pueda comprenderlas, aunque no es lo importante lo que estas otras personas nos puedan decir de ellas, sino lo que escucharemos de nosotros mismos al irlas transmitiendo, ya que se harán más claras ante nuestra comprensión del por qué están ahí, qué las sustentan, etc.
          Hay una ley en Física que es aplicable a todo cuanto existe en la vida, y es que nada puede cambiar su inercia o su condición de ser si no interactúa con otra fuerza, distinta a sí misma, para posibilitar en ambas un cambio de inercia o dirección y poder modificar así sus destinos.

          Esto, aplicado a la condición humana, nos viene a decir que no basta que nos demos cuenta de que hay algo en nuestro interior que no nos gusta, que tiene su propia inercia para salir cuándo y dónde. Para poder darle otro destino a esa energía que opera así en nuestro interior, tenemos que compartirnos (sacar de ello hacia otros), para que con energías diferentes de la otra persona podamos modificar su rumbo.
          Y esto no quiere decir que "siempre" necesitemos de ese otro alguien (esto daría lugar a un aferramiento o tipo de agarre emocional), sino que basta que en ese compartir demos posibilidad a experimentar en nosotros otros modos de enfoque, para que al experimentarlo vayamos creando ese nuevo cauce en nuestro interior, siendo fundamental que lo queramos hacer convencidos de su validez en nosotros, para podernos desprender de aquello que de fuera nos vino a ayudar.

          En esto anterior puede comprenderse la cantidad de ataduras emocionales que entre los seres humanos surgen cuando no nos aplicamos a cambiar realmente nuestras inercias internas desde nuestro propio convencimiento y ejercitando la voluntad en ello, sino apoyándonos simplemente en la cercanía de aquellas personas que de alguna manera colaboran a cambios en nuestras posibilidades de ser, pero cambios que se mantienen mientras estamos en esos vínculos.
          Cuando esto ocurre, los alejamientos o las rupturas en la relación aparecen con traumas hacia quienes así operaron en ellos mismos.

          No busques sólo influencias o ayudas, saca de ti para ser tú mismo con mayor alcance en Conciencia de Ser.

Algo más sobre las Relaciones de Pareja en la Nueva Era.

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          Tras la inserción de una aportación al Foro del Grupo_Hotmail "Luz y Paz Interior" por parte de Helios, en la que habla sobre las añoranzas y carencias que aparecen de vez en cuando en nuestra condición humana, me surgió desarrollar lo siguiente:

          Comprendo muy bien lo que comentas, Helios, sobre el papel que juega la memoria cuando trae a nuestra mente situaciones agradables vividas, pero cuidado que quizás no vengan a ayudarlos en el presente.

          Esas añoranzas seguro que hacen acto de presencia y de tiros de lo vivido en otras ocasiones, cuando en nuestra realidad presente estamos percibiendo un vacío, cuando echamos de menos estar llenos de algo que contenga el factor "ilusión".

          En en esos momentos en los que aparece la añoranza cuando la Vida nos está tratando de llevar a una reconsideración de cómo nos estamos viviendo, de cómo nos estamos permitiendo vivir. Y es para que reforcemos el apoyo en nosotros mismos y el cultivo interior de aquellas fuerzas que nos aportan la estabilidad y equilibrio personal que nada de fuera nos puede traer.

          Sería algo así como hacer ver a una planta, a una flor, que lo que hace bello y armónico su porte y lo que le permite exhalar mayor aroma, no es lo que ella pueda tomar de la cercanía o contacto con otras flores, sino aquello que por sí misma es capaz de extraer a través de sus propias raíces.

          Nuestras carencias presentes nos hablan de la necesidad de seguir creando o recreando en aquello que nutre las ansias de creatividad de nuestra esencia, de lo que realmente Somos, Creadores, donde la falta de Ilusión y Entusiasmo no son más que termómetros informativos de que algo en nuestro interior se está enfriando más de lo debido.

          La tendencia a vivir apegados a actitudes carentes de creatividad, buscando mayormente la estabilidad en el tiempo y en las formas, es contraria a nuestra esencia, y siempre provocará algún tipo de afectación en nuestros estados anímicos.

          Somos Conciencia, y ésta requiere de constante aplicación y sentido de enriquecimiento, de crecimiento, tal como es la apariencia de nuestra entidad humana, que aunque quisiéramos a veces mantenerla en estados infantiles o de juventud o de madurez, ella tiene sus necesidades de evolución constante, donde va constatando que todo inmovilismo y quietud mantenida es sinónimo de muerte.

          No vivimos para experimentar el estado de apego, sino todo lo contrario, para ir experimentando y dominando la individualidad, el desapego, la interacción y no la conjunción. Y esto no quita realidad a nuestra condición Colectiva, de la cual dependen las posibilidades de la Individualidad, pero siempre desde la Interacción, que requiere de autoconciencia y autodeterminación y no de imposiciones o condicionantes externos.

          Lo externo no son más que puntos de referencia de nuestros estados internos. Saber interpretar estos es de muy considerable valor en el proceso de evolución de nuestra Conciencia, de nuestro Ser.

          Gracias Helios, por lo que tu presencia en mí alimenta mi entendimiento y mi incursión en el alma humana.

viernes, 20 de junio de 2008

Consideración sobre las Relaciones de Pareja en la Nueva Era.

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          Cuando sentimos la necesidad o añoranza de la persona que pudiera ser nuestra Pareja, o de otra persona, lo que realmente nos está ocurriendo es que hemos entrado en un estado de vacío de nosotros mismos y tendemos a querer llenarlo con la presencia del otro, en lugar de adentrarnos en nosotros para transformar ese vacío en luz con “la Conciencia de lo que en esos momentos estamos experimentando de la dualidad”. Luz es comprensión; Oscuridad es desconcierto.
          Cuando actuamos así con nuestra Conciencia, aparece de nuevo en nosotros el estado de quietud o serenidad emocional, desapareciendo la querencia o “necesidad” del otro, que no quiere decir que no nos importe si está o no está con nosotros, sino que podemos cada cual seguir en aquello en lo que estuviéramos, sin menoscabo de los modos de la relación que se tuviere, es decir, sin interferirnos o condicionarnos en lo que cada cual sienta que debe estar viviendo en esos momentos.

          Llevar Luz a la Oscuridad no es más que llevar Conciencia a nuestros estados de vacío o de carencia de algo que hemos tenido en otro momento; vacío el cual genera algún tipo de malestar o afectación.
          Conciencia es Luz, y si en esa “conciencia de lo que no hay en nosotros”, en lugar de sentirnos fastidiados o afectados, nos mantenemos en un estado anímico de aceptación de la carencia, experimentándola, estamos llevando Luz a ese campo de energía que se ha instalado dentro de nosotros.
          No se trata, pues, de combatir la oscuridad o carencia con adiciones que fuercen a salir de aquellas, sino de situar nuestra Conciencia en ella y conocer así lo que ese campo energético tiende a generar en los estados de ánimo, sabiendo que no somos tal estado, sino que ha llegado a nosotros para la posibilidad de experimentarlo.
          Al mismo tiempo que nos sirve para ir materializando Luz en factores de Oscuridad, nos servirá también para comprender a aquellos que sí se sientan “pillados” por esos modos anímicos, entendiendo las tendencias que pueden generarse en ellos en sus comportamientos.

          Hemos de tener presente en todo esto que desarrollarnos en la Dualidad no es para que procuremos estar en la polaridad que genera “bienestar”, sino para que sepamos que toda experiencia genera su opuesta/complementaria, donde ninguna de las dos posee connotación de “negatividad” en sí misma, pues cada una de ellas nos posibilita modos o campos de desarrollo distintos/complementarios.
          Un ejemplo de esto: Cuando hemos estado muy alegres con un grupo de amigos, es natural que nos llegue más tarde una sensación de vacío y nostalgia de la alegría o emociones que vivimos entonces y deseemos se repita tal estado. Pero lo que la Vida nos viene a decir a través de su Ley Dual es que, al igual que hemos sabido experimentar estar “fuera”, hacia otros, necesitamos también, para compensarnos energéticamente en todos los campos de nuestro Ser, dedicar otro tiempo a estar con nosotros mismos, “dentro”, a interiorizarnos y experimentarnos como experimentamos aquel otro “fuera”, donde no solamente debimos estar “con los demás”, sino también percibiéndonos cómo vivíamos cada instante, es decir, compartiéndome con los demás y con migo mismo.
          No es esto diferente a lo que la propia Naturaleza nos muestra constantemente con la alternancia irremediable de los días y las noches.

          Desde mi Luz y mi Amor,
                    Angel Baña

miércoles, 11 de junio de 2008

Nueva reflexión: Individualidad / Unicidad

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          Hay dos vertientes en la Naturaleza de nuestra Conciencia, desde las cuales, según en cuál nos situemos, el mundo y nuestras reacciones surgen de forma bien diferentes.
          Podemos situarnos en la inercia de nuestra "Individualidad", desde la cual contemplar nuestra separación de los demás y de todo.
          Y también podemos situarnos en nuestra opción de "Unicidad", de ser parte inseparable del Todo, que está en nuestro ser encarnado tanto como la otra opción, solo que con una inercia muchísimo menos relevante, que quiere decir, que nos costará optar por ella y, sobre todo, mantenernos en el tiempo y en eficacia.

          Desde el "lado" de nuestra Individualidad, la percepción de todo como elementos separados (las personas, las cosas y las situaciones), nos induce a la necesidad de cuidarnos de las posibles ingerencias de todo ello. Es de donde surgió la ignorancia el miedo y la preocupación.
          Igualmente originó en cada uno de nosotros (como individualidades o entidades separadas y diferentes) el sentimiento de necesitar de algo de afuera para sentirnos completos. Y esto va referido tanto a los elementos materiales de los que nos tratamos de envolver o de poseer, como de la persona o personas a las que nos vinculamos con más o menos necesitar de su compañía, apoyo o dedicación, que en el caso del sentimiento de Pareja cobra especial significación en la pretensión de complementariedad.

          Cuando situamos nuestra Conciencia en el "lado" o sentimiento de Unicidad, desaparecen aquellos factores de presión externa, ocupando nuestro sentir la percepción de que todo fluye en armonía y paz, de que todo está en su justo sitio y tiempo, de que no tenemos por qué preocuparnos, sino de ocuparnos en seguir alentando desde nuestro ser ese flujo de concordia.
          Situados en él no percibiremos carencia de algo o de alguien, ya que ese fluir de paz nos conecta con todo cuanto tiene que ver con nuestra realidad existencial, con lo que fluye de Vida en nuestro derredor, de donde tomamos el alimento de nuestra propia paz y seguridad interior.

          Esto que comento lo fui poniendo en práctica mientras paseaba con serenidad por un parque de mi ciudad, montado en bici, y fue interesante cómo percibía el modo en que podemos vivir esos dos estados de Conciencia, ambos dentro de nosotros.
          Se inició la experiencia al sentir intranquilidad al ir a pasar por lugares de poca visibilidad en los giros con la bici, sintiendo preocupación por lo que pudiera aparecer de pronto y que pudiera afectarme física o emocionalmente de algún modo. E igualmente por posibles actitudes de no amigabilidad de algunas personas de las que por allí transitaban.
          En esos momentos caí en la cuenta de a qué se debía ese estado de preocupación. Percibí que estaba en la desconfianza propia que ha venido generando la conciencia de separatividad, de individualidad, de donde fueron surgiendo nuestras tendencias a la autodefensa y competitividad.

          Me dije entonces a mí mismo que quería situarme en la conciencia de "mi amor", del Amor, donde hay un respeto y valoración positiva a todo, sin proyección alguna de factores de maldad u oscuridad hacia algo o hacia alguien. Pretensión que se podía reforzar en mí a raíz de la experiencia de que es nuestro estado interno el que proyecta hacia nuestras circunstancias las características cualitativas de tal estado, es decir, que si proyecto desconfianza hacia alguien o genero en mí simplemente un sentimiento de desconfianza, la Vida tratará de que efectivamente la experimente y hasta cierto modo la pueda justificar, ya que nuestra esencia es de condición creadora, que pretende irnos dando a conocer las capacidades inherentes a nuestro Ser.
          Fue a partir de ese instante que percibía todo lo que aparecía ante mí como algo sin fronteras entre sus elementos, como algo que existía con paz, cada cosa en su sitio, en su proceso individual pero sin desarmonía o afectación hacia lo demás.
          Para mantenerme en esa conciencia y percepción, dado que es a través de los fluidos que nos llegan con nuestra respiración como interactuamos con los demás, procuré generar, desde mi estado de paz interno, el sentimiento de que en mis inhalaciones tomaba del fluir de todo cuanto percibía ante mí, recibiéndolo desde mi amor hacia todo ello, así como cuando exhalaba emitía mi fluir amoroso y de concordia hacia todo lo exterior.

          Fue muy enriquecedora y clarificadora esa experiencia de la validez del estado de conciencia en el que nos situamos, para con ella percibir y emitir vivencias concretas.
          Sumergido aún en la misma, concebí el por qué de mi tendencia, muy generalizada en la condición humana, de buscar la complementación con una persona a la que considerar mi Pareja y con la cual alcanzar estados de realización y superación personal más relevantes, de forma recíproca.
          Ante esta experiencia y comprensión de cómo afecta a nuestras tendencias terrenas el estado de Conciencia y desarrollo que vamos haciendo de nuestra Individualidad, pude comprobar que aquel sentir necesidad imperiosa de complementariedad externa (con otra persona) se debía a no haber alcanzado en mí la suficiente confianza en tal condición esencial de mi Ser, que mantenido en la Conciencia de Unicidad o de inmersión en el Amor universal, se presentaba ahora con otros presupuestos.
          Debía ya actuar como entidad (alma) en proceso de crecimiento desde el sentimiento de separatividad de mi Esencia hacia el de unión con el Todo o de Unicidad, sin tener que diluir o eliminar el sabernos completos y, a un tiempo, partes del Uno,

          Estos presupuestos diferentes no son otra cosa que la posibilidad de sentirnos bien con nosotros mismos, en la forma y circunstancia en la que nos encontremos, donde los demás juegan el papel de espejo de la condición alcanzada dentro de nosotros mismos, conteniendo eso externo ahora los puntos de referencia para lo que tenemos que ir tratando de seguir construyendo dentro de nosotros, como entidades plenas en la Conciencia del Amor universal que pueden ir aumentando su potencial creativo desde ese sentimiento de Yo-Idad (entidad única o diferenciada) sumergida al mismo tiempo en el de Unicidad.
          Es así como no precisaremos de esa otra persona en la forma que habitualmente venimos concibiendo, sino que aquella irá apareciendo en nuestra vida sin factores de poder, presión, afectación, limitación o dependencias recíprocas, para mutuo enriquecimiento y en roles bien diferentes en los modos de implicación respectiva de sus propias vidas. Ahora como almas adultas que saben de su ser único y completo, y sólo precisados para el ejercicio del amor incondicional, como única herramienta válida para el engrandecimiento del propio universo al que cada cual va dando vida dentro y fuera de sí.
          De esta manera es como colaboramos con el plan universal de la Energía Suprema, de hacernos co-creadores con ella y sintiéndonos únicos y Ella misma a un mismo tiempo.

          Con amor,
                    Angel Baña

viernes, 6 de junio de 2008

-. Reflexionando en voz alta sobre la Existencia terrena .-

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          Tenemos que ir materializando o haciendo realidad en la Tierra aquellos valores que son inherentes a nuestra esencia.
          Plasmar en nuestras actitudes y comportamientos y no solamente en nuestro pensamiento, los valores que vamos descubriendo como pertenecientes a nuestro ser de luz es la función de la encarnación como humanos conscientes.
          Nuestro objetivo principal no es “regresar” a la luz, a nuestros orígenes de Unidad, sino plasmar en nuestra conciencia, en nuestra convicción a través de la puesta en práctica o materialización, la realidad de nuestro ser esencial.
          Tenemos que hacer terrestre la realidad esencial, la realidad espiritual.
          No se trata, pues, de trascender desde lo terreno hacia lo espiritual, sino de materializar la espiritualidad, de hacerla posible en la plena conciencia de la vida material circunscrita al juego o plano de las dualidades.

          Nuestro cuerpo es la “estructuración en el plano de la organicidad” de los valores o contenidos de nuestra mente; entendiendo por “organicidad” la distribución organizada de un conjunto de funciones vitales.
          Y así como el cuerpo nos sirve y ayuda a que sepamos comprender los contenidos de nuestro ser mental, es decir, que nos muestra la realidad mental que caracteriza a cada cual, de un modo en el que podemos observar la correlación de dependencias que unos valores o desarrollos tienen respecto de otros, igualmente nuestra vida encarnada, nuestra expresión en el plano de la dualidad, tiene que ir alcanzando el dar forma manifiesta, ante la conciencia que caracteriza a las vivencias de este plano, todo aquello que es propio de nuestra condición sutil más allá de las limitaciones de la dualidad sujetas al sentimiento de separatividad propio del surgimiento de la individualidad.

          Se trata, en gran medida, de ir sometiendo a la racionalidad, a nuestra capacidad de estructuración y organización mental, hacia el servicio de nuestra imaginación e intuición, a fin de ir logrando más amplias cotas de la percepción y entendimiento de la realidad que nos circunda e inunda.
          Hasta hoy la racionalidad ha pretendido controlar los caminos desarrollados por la imaginación, haciendo recortes en aquello donde se encontraba perdida en sus presupuestos. Es cuestión ahora de que sepa acompañar a la intuición para estar presta a su servicio, como complementariedad, desprovista de prejuicios y condicionantes de los esquemas o estructuraciones contenidos hasta su presente.
          Esto lo iremos consiguiendo gracias a la apertura a percibir incondicionalmente todo cuanto de nuestras situaciones vivenciales pueda llegar a nuestro sentir interno, abierta nuestra conciencia hacia ello desde su estado de paz y confianza.

          Somos, pues, seres de luz que traemos como objetivo el moldear la oscuridad en sus contenidos de luz misma.
          No es la oscuridad o la sombra algo con contenido de negatividad, de mal, sino algo de inmenso valor, que nos da la oportunidad de ir plasmando en el plano de la separatividad los valores inherentes a la inmensidad, a la totalidad o Unidad absoluta.
          Desde que nos “apartamos” de la Fuente, a través de lo cual conseguimos nuestra Individualidad, nuestro camino por la oscuridad del desconocimiento, generador de todo brote de miedo y sufrimiento, tiene como meta el construir dentro de nosotros mismos (en nuestra individualidad) todo aquello que es propio de la Unicidad, del Absoluto.

          Mas dicha meta no es para entrar en competencia o confrontación con la propia Unicidad, de la cual somos parte esencial y con cuyos valores de multiplicidad interactuamos constantemente para lograr aquella meta, sino para posibilitar y ejercitarnos en el sentido de nuestra propia esencialidad, el ser creadores, el multiplicarnos y el multiplicar todo cuanto es, hacia todos los modos imaginables de realidad existencial, que no vendrá a ser otra cosa que el desarrollo infinito del Amor.
          Es así como el Amor crea su propia sombra, su propia oscuridad, su propio vacío existencial, para a partir de él ir dando vida, luz, a cada fragmento de sí, a cada sentimiento de sí mismo, al constante nacimiento de individualidades o universos potenciales.

          Para todo ello solo es preciso que vayamos sumergiéndonos en esa Paz Interior que posibilite a nuestra Conciencia ir tomando confianza en lo que Somos, actuando cada vez más desde el brote de nuestro sentimiento interno, cada vez más allegado a lo esencial, para que lo externo no sea un condicionante sino una tierra fértil donde irlo sembrando.
          Con todo mi amor, ofrezco a este espacio web el fruto de mi actual reflexión escrita acerca de lo que va llegando a mi ser como comprensión del sentido de nuestra existencia terrena. Reflexión que “saco de mí” con la pretensión de compartirla con quien se asome a dicho espacio, para hacer posible seguir “llenándome” de ajustes más precisos en mi conciencia e ir haciendo posible su materialización en la vida cotidiana.
                    Angel

jueves, 29 de mayo de 2008

¿Paz Interior u... ...Oración ante un enfermo?

Cuando oramos por un enfermo, estamos pretendiendo que Dios, el Padre, la Energía universal, etc. interceda en la situación de padecimiento de esa persona, pero olvidamos una cosa esencial:

La Vida no nos pide que “velemos” por los demás, sino que “nos compartamos” con ellos, que demos de lo que alcanzamos a crear en nosotros. Es decir, que ningún Ser superior está por ahí esperando que nosotros le digamos qué queremos que haga, pues siempre estará en mayor conocimiento de lo que debiera hacer, ya que todo lo contempla desde una dimensión de espectro más amplio.

Lo que la Vida los viene pidiendo es que hagamos algo en nosotros que genere aquello que ella misma (la Vida) sí puede transmitir luego hacia aquel a quien lo queremos hacer llegar. Y no hay nada más valioso y eficaz para el óptimo proceso de una persona que padece, que le transmitamos energía esencial, que no es otra que la que dimana de la Paz que generemos en nuestros estados internos, emocionales y de pensamiento; energías de lo que es el sentir de nuestra propia Esencia.

Todo cuanto se mueve en el plano encarnado, sujeto a las leyes de la vida física, precisa de energías materializadas para poder incorporar o modificar algo de su situación presente. Y esto no se va a alcanzar desde la mera acción de palabra o pensamiento. Es preciso generar esa energía dentro de nosotros, a través de los factores emocionales y sentimentales que poseemos como seres encarnados y que da sentido a nuestro proceso en la tierra.

No se mueven las energías internas como acostumbramos a mover el dinero o las cosas materiales. Los procesos internos se mueven con el corazón.

La Palabra no tiene poder si no va unida al Sentimiento. Y el Sentimiento hay que generarlo con la actitud interna en la que nos situamos en cada momento, la cual va a envolver a la palabra para darle el matiz propio de dicha actitud o cualidad energética que generamos dentro. Las palabras sólo satisfacen a los egos, de quienes las pronuncian o de quienes las reciben. El sentir del Corazón llega sin perder fuerzas ni tiempo, con la intensidad real con la que se generó y la velocidad de la luz; no busca protagonismo ni formas bonitas, sino eficacia y transformación.

Quiere esto decir que lo importante no es lo que digamos, sino lo que vivamos dentro de nosotros en el momento de decir (de palabra o de pensamiento) lo que digamos.

Con esto vemos que cuando nos preocupamos por la salud o estado de posible sufrimiento de un ser allegado, lo fundamental no es que oremos (pidamos) por él, sino que generemos dentro de nuestro ser aquella cualidad de energía que más beneficio pueda aportar a dicha persona, y sabemos que para superar cualquier contratiempo o dificultad, lo principal es el poder situarse en la serenidad y en la paz con todo y hacia todo, para que sin alteración alguna permitir a nuestro organismo y a nuestras fuerzas internas llevar a nuestro ser encarnado hacia la condición que precisa, sin ideas preconcebidas que condicionen lo que nuestro proceso interno realmente necesite, teniendo en cuenta la realidad esencial que somos como almas y no como simples cuerpos.

Sabernos cultivar en la Paz Interior, con el oportuno cultivo también de Luz en nuestro entendimiento para la comprensión de los muy diversos procesos de la Vida, es algo que demanda ya nuestra Naturaleza espiritual, ya que a través de esa Luz y Paz Interior nuestras implicaciones cobran un sentido más acercado al Ser individual y colectivo que Somos.

Así pues, ante el conocimiento de una persona querida que sufre enfermedad grave, lo que mejor podemos hacer, más que pedir que otro interceda por ella, sea del rango espiritual que sea, es generar en nosotros mismos mucha Paz emocional y de pensamiento, de confianza en los procesos internos del Ser, y envolver desde nuestro sentimiento a esa persona enferma, para que nuestros fluidos se unan a los suyos y adquieran mayor poder benéfico en su Ser.

Dios nos pide que seamos sus hacedores en la tierra. No espera que le pidamos que Él sea el que haga, sino que aprendamos a expresarlo a Él a nuestro través; que seamos sus manos en la tierra. Todo lo demás es escurrirnos de nuestra propia responsabilidad. Nuestro Ser es Luz y Amor, y tenemos que ir tomando confianza en ello y generando hacia fuera, hacia los demás, esos dos Valores tras posibilitarlos y sentirlos que toman vida dentro de nosotros mismos gracias a las actitudes de vida que optamos por llevar adelante.

Con amor,
Angel Baña

Sobre mi Luz y Paz Interior

La Paz Interior es esa tranquilidad profunda emocional y espiritual que nos llega cuando somos capaces de desconectarnos de los pensamientos inquietantes e inútiles, ralentizando nuestros pensamientos para que aflore a la mente sólo lo que viene a darnos serenidad y confianza hacia todo aquello que nos va apareciendo en nuestro cotidiano hacer, a fin de que lo podemos ir abordando con una respiración serena y profunda, para que de todo ello nuestra Conciencia pueda ir percibiendo el sentido que tiene en nuestra vida y nuestra propia vida en ello.

Es el sentimiento bien fundado y de unión que tenemos cuando nos liberamos de las preocupaciones, el sufrimiento, el dolor, el estrés y el miedo, siendo conscientes de las incontables maravillas que nos ofrece la vida y lo que a su través vamos alcanzando para el proceso de nuestra alma.

La podemos alcanzar cuando conseguimos apartarnos de todo aquello que nos “atrapa”, en tiempos y modos, impidiendo aplicarnos al cultivo de nuestro sentir interior, a cómo vamos viviendo cada situación de nuestra vida y a la posibilidad de reconsiderar cómo debemos aplicarnos a aquellas para percibir que vamos siendo nuestros propios directores del cotidiano hacer y dirigidos hacia el cultivo de todos y cada uno de los aspectos que precisa nuestro Ser para ir logrando avanzar de forma armónica en el proceso de nuestros sentidos, nuestro intelecto, nuestras emociones y nuestros sentimientos.

Y nos ayuda a su logro el sabernos dueños de las tendencias de nuestro propio Cuerpo en sus hábitos nutricionales, dinámicos y sensoriales, por la comprensión alcanzada de lo que del estado y características externas e internas de aquel dependen los logros armónicos de cada aspecto de nuestra Mente.

El actuar desde nuestras propias convicciones internas, sin condicionarnos por las expectativas que otros pudieran tener de nosotros, es algo fundamental a procurar en nuestro comportamiento para que podamos tener paz en cada cosa que hagamos o situación que vivamos. Es decir, procurar ser nosotros mismos, lo que hemos alcanzado a saber ser, sin esperar de juicios ajenos ni precisar resultados aprobatorios de aquello que sentimos deber hacer. Nuestro mejor sensor será el estado que percibamos en nuestro corazón y la luz que nos aporte nuestro discernimiento.

Será muy importante para esa Paz Interior el no sentirnos identificados con los pensamientos que aparezcan en nuestra mente, ni los estados de ánimo que percibamos. Estos son energías mentales o anímicas que tratan de tomar vida a través de la condición humana. Ir sabiendo discernir lo que simplemente tratan de decirnos o aportarnos y lo que debemos tomar o hacer con ellos, es lo que debemos procurar, así como ir sabiendo sacar la experiencia oportuna de lo que su paso por nosotros ha venido a mostrarnos de las posibles situaciones que puede el ser humano vivenciar. Es decir, que no pretenden otra cosa que aportarnos experiencia de formas de pensar y de sentirnos, debiendo ser desde nuestra paz o serenidad interior desde el que los contemplemos.

Con Paz Interior nuestro Ser va pudiendo alcanzar mayor Luz en él, la cual podremos irla aplicando a nuestra estructura personal, a nuestro entorno material, a las circunstancias de nuestra vida, y al ámbito social hacia el que proyectemos nuestra mente.

Con amor,
Angel

Mis inicios en la pretensión de vivir en la Paz Interior.

Mis inicios en la búsqueda de Paz Interior surgieron de forma claramente manifiesta a partir de prácticas de caminar con notoria lentitud por senderos de un parque solitario, procurando aquietar mi mente para que los pensamientos afloraran sin prisas, sin ansias, sin predeterminación alguna.

Para ello, trataba de ir percibiendo y clarificando de forma serena las circunstancias que vivía en esos días, de modo que fueran aflorando a mí conciencia ideas o imágenes que me posibilitaran mayor entendimiento de cómo debiera ser mi actitud y comportamiento futuros.

En esto, me ejercité en respirar con serenidad y profundidad, para favorecer ese aquietamiento de la mente que buscaba, al mismo tiempo que mi Ser entero se serenara y se apartara de toda "preocupación", para así sólo "ocuparme" del instante presente que vivía, del cual esperaba más amplio y mejor encuentro conmigo mismo, pues ya sabía yo que cuanto más y mejor supiera estar en mí, sin ansia alguna del exterior o de otros, mejor sabría estar después en las situaciones externas o con los demás.

A medida que más veces y tiempo permanecía en esos paseos de serenidad interna y externa, percibía cómo me era más posible el afrontar las situaciones que me habían preocupado, con más serenidad y menos agobios en mí y hacia los demás.

En todo esto fue surgiendo otro factor importante para la percepción de la trascendencia de tratar de mantenerme en un estado de Paz Interior desde el cual abordar la mayor cantidad posible de instantes y circunstancias de mi vida.

Fue esto último la formación de un Grupo de personas (todas mujeres) con las que me comprometí a sesiones grupales de Meditación por la Paz Interior, así como a trabajar desde esa Paz Interior los modos de nuestra relación con otras personas, con circunstancias concretas de nuestra vida (familiar, laboral, social,...) y, lo más básico o fundamental, con aspectos de nuestro cuerpo o de nuestra personalidad con los que tuviéramos algún tipo de conflicto.

Durante los meses que duró tal Grupo de forma activa, se afianzó en mí la percepción de la trascendencia de tales ejercitaciones en grupo, por lo que había significado en mí tal posibilidad de actitud de vida.

A tal grado llegó este convencimiento de la importancia de la Paz Interior para desde ella abordar todas y cada una de nuestras situaciones cotidianas, que mis trabajos se fueron centrando desde entonces, no ya en transmitir los conocimientos que he ido alcanzando en cuestiones del Cuerpo, de la Mente y del Alma, a través de escritos, tertulias y conferencias, sino la importancia de situarnos en la Paz Interior para sólo desde ella pretender aquello que deseemos alcanzar con éxito para nuestra vida (corporal, emocional o intelectual)

Las dificultades para formar Grupos de trabajo de la Paz Interior, en el modo que expresan algunos capítulos (pistas) del Audiovisual "Meditación-Relajación" (que puedes bajarte de la página de mi Web que se te abrirá al pinchar sobre ese link), por aquello de cuándo y dónde poderse reunir con la periodicidad conveniente, me han llevado a la creación de estos espacios virtuales de Internet, no obstante estar convencido de la trascendencia de las acciones físicas grupales, donde se potencia en gran medida los logros de cada uno de sus asistentes.

Y cierro esta primera intervención mía en el Foro de "Luz y Paz Interior" con las palabras siguientes:

-Hagamos Luz en nuestro interior físico y mental, para que la Paz pueda llegar a todo nuestro Ser y, desde ella, esa Luz se extienda hacia cada rincón de nuestra Conciencia, para alcanzar con el mayor grado posible el sentido de nuestra vida encarnada.

Angel Baña

viernes, 23 de mayo de 2008

Bienvenid@s a este Blog "Paz Interior y Luz"

Este es un espacio web donde iré expresando mis experiencias personales en la pretensión de ir alcanzando Paz Interior en todo mi Ser y Luz en mi Entendimiento, desde lo cual colaborar por la Paz Mundial, desde la irradiación personal hacia mi círculo familiar, de amistad, de estudio, laboral y social.

"Compartir" es la base esencial del progreso de la Vida, y el compartir lo que han sido nuestras experiencias y cómo las hemos vivido, nos enriquece a todos.

Te animo a que vayas insertando los comentarios que creas más relevantes de tus experiencias en pro de alcanzar Paz en tu Interior, desde la cual ir posibilitando la armonía en todo tu alrededor y, por extensión gradual, hacia todo el Orbe terrestre.

Algunas otras experiencias que he venido teniendo en investigaciones personales autodidactas sobre aspectos de nuestra Naturaleza Humana (Cuerpo-Mente-Alma) las he ido situando en mi Web www.vidaypoesia.com .

Para mí, el logro de la Paz Interior es la base para alcanzar mayor Luz en nuestro Entendimiento, así como para aportar de la manera más eficaz la armonía y equilibrio que demanda nuestro preciado Planeta Tierra.

Un saludo cordial a tod@s .

Angel Baña