jueves, 29 de mayo de 2008

Mis inicios en la pretensión de vivir en la Paz Interior.

Mis inicios en la búsqueda de Paz Interior surgieron de forma claramente manifiesta a partir de prácticas de caminar con notoria lentitud por senderos de un parque solitario, procurando aquietar mi mente para que los pensamientos afloraran sin prisas, sin ansias, sin predeterminación alguna.

Para ello, trataba de ir percibiendo y clarificando de forma serena las circunstancias que vivía en esos días, de modo que fueran aflorando a mí conciencia ideas o imágenes que me posibilitaran mayor entendimiento de cómo debiera ser mi actitud y comportamiento futuros.

En esto, me ejercité en respirar con serenidad y profundidad, para favorecer ese aquietamiento de la mente que buscaba, al mismo tiempo que mi Ser entero se serenara y se apartara de toda "preocupación", para así sólo "ocuparme" del instante presente que vivía, del cual esperaba más amplio y mejor encuentro conmigo mismo, pues ya sabía yo que cuanto más y mejor supiera estar en mí, sin ansia alguna del exterior o de otros, mejor sabría estar después en las situaciones externas o con los demás.

A medida que más veces y tiempo permanecía en esos paseos de serenidad interna y externa, percibía cómo me era más posible el afrontar las situaciones que me habían preocupado, con más serenidad y menos agobios en mí y hacia los demás.

En todo esto fue surgiendo otro factor importante para la percepción de la trascendencia de tratar de mantenerme en un estado de Paz Interior desde el cual abordar la mayor cantidad posible de instantes y circunstancias de mi vida.

Fue esto último la formación de un Grupo de personas (todas mujeres) con las que me comprometí a sesiones grupales de Meditación por la Paz Interior, así como a trabajar desde esa Paz Interior los modos de nuestra relación con otras personas, con circunstancias concretas de nuestra vida (familiar, laboral, social,...) y, lo más básico o fundamental, con aspectos de nuestro cuerpo o de nuestra personalidad con los que tuviéramos algún tipo de conflicto.

Durante los meses que duró tal Grupo de forma activa, se afianzó en mí la percepción de la trascendencia de tales ejercitaciones en grupo, por lo que había significado en mí tal posibilidad de actitud de vida.

A tal grado llegó este convencimiento de la importancia de la Paz Interior para desde ella abordar todas y cada una de nuestras situaciones cotidianas, que mis trabajos se fueron centrando desde entonces, no ya en transmitir los conocimientos que he ido alcanzando en cuestiones del Cuerpo, de la Mente y del Alma, a través de escritos, tertulias y conferencias, sino la importancia de situarnos en la Paz Interior para sólo desde ella pretender aquello que deseemos alcanzar con éxito para nuestra vida (corporal, emocional o intelectual)

Las dificultades para formar Grupos de trabajo de la Paz Interior, en el modo que expresan algunos capítulos (pistas) del Audiovisual "Meditación-Relajación" (que puedes bajarte de la página de mi Web que se te abrirá al pinchar sobre ese link), por aquello de cuándo y dónde poderse reunir con la periodicidad conveniente, me han llevado a la creación de estos espacios virtuales de Internet, no obstante estar convencido de la trascendencia de las acciones físicas grupales, donde se potencia en gran medida los logros de cada uno de sus asistentes.

Y cierro esta primera intervención mía en el Foro de "Luz y Paz Interior" con las palabras siguientes:

-Hagamos Luz en nuestro interior físico y mental, para que la Paz pueda llegar a todo nuestro Ser y, desde ella, esa Luz se extienda hacia cada rincón de nuestra Conciencia, para alcanzar con el mayor grado posible el sentido de nuestra vida encarnada.

Angel Baña

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