jueves, 29 de mayo de 2008

Sobre mi Luz y Paz Interior

La Paz Interior es esa tranquilidad profunda emocional y espiritual que nos llega cuando somos capaces de desconectarnos de los pensamientos inquietantes e inútiles, ralentizando nuestros pensamientos para que aflore a la mente sólo lo que viene a darnos serenidad y confianza hacia todo aquello que nos va apareciendo en nuestro cotidiano hacer, a fin de que lo podemos ir abordando con una respiración serena y profunda, para que de todo ello nuestra Conciencia pueda ir percibiendo el sentido que tiene en nuestra vida y nuestra propia vida en ello.

Es el sentimiento bien fundado y de unión que tenemos cuando nos liberamos de las preocupaciones, el sufrimiento, el dolor, el estrés y el miedo, siendo conscientes de las incontables maravillas que nos ofrece la vida y lo que a su través vamos alcanzando para el proceso de nuestra alma.

La podemos alcanzar cuando conseguimos apartarnos de todo aquello que nos “atrapa”, en tiempos y modos, impidiendo aplicarnos al cultivo de nuestro sentir interior, a cómo vamos viviendo cada situación de nuestra vida y a la posibilidad de reconsiderar cómo debemos aplicarnos a aquellas para percibir que vamos siendo nuestros propios directores del cotidiano hacer y dirigidos hacia el cultivo de todos y cada uno de los aspectos que precisa nuestro Ser para ir logrando avanzar de forma armónica en el proceso de nuestros sentidos, nuestro intelecto, nuestras emociones y nuestros sentimientos.

Y nos ayuda a su logro el sabernos dueños de las tendencias de nuestro propio Cuerpo en sus hábitos nutricionales, dinámicos y sensoriales, por la comprensión alcanzada de lo que del estado y características externas e internas de aquel dependen los logros armónicos de cada aspecto de nuestra Mente.

El actuar desde nuestras propias convicciones internas, sin condicionarnos por las expectativas que otros pudieran tener de nosotros, es algo fundamental a procurar en nuestro comportamiento para que podamos tener paz en cada cosa que hagamos o situación que vivamos. Es decir, procurar ser nosotros mismos, lo que hemos alcanzado a saber ser, sin esperar de juicios ajenos ni precisar resultados aprobatorios de aquello que sentimos deber hacer. Nuestro mejor sensor será el estado que percibamos en nuestro corazón y la luz que nos aporte nuestro discernimiento.

Será muy importante para esa Paz Interior el no sentirnos identificados con los pensamientos que aparezcan en nuestra mente, ni los estados de ánimo que percibamos. Estos son energías mentales o anímicas que tratan de tomar vida a través de la condición humana. Ir sabiendo discernir lo que simplemente tratan de decirnos o aportarnos y lo que debemos tomar o hacer con ellos, es lo que debemos procurar, así como ir sabiendo sacar la experiencia oportuna de lo que su paso por nosotros ha venido a mostrarnos de las posibles situaciones que puede el ser humano vivenciar. Es decir, que no pretenden otra cosa que aportarnos experiencia de formas de pensar y de sentirnos, debiendo ser desde nuestra paz o serenidad interior desde el que los contemplemos.

Con Paz Interior nuestro Ser va pudiendo alcanzar mayor Luz en él, la cual podremos irla aplicando a nuestra estructura personal, a nuestro entorno material, a las circunstancias de nuestra vida, y al ámbito social hacia el que proyectemos nuestra mente.

Con amor,
Angel

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