lunes, 14 de julio de 2008

Más reflexiones sobre la Conciencia del Ego y la del Alma.

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          *** Unas cuantas consideraciones más que me han surgido reflexionando sobre la Conciencia del Ego y la del Alma:

          El Ego ofrece a la Individualidad una salida a su problema (de miedo, abandono o soledad) desviando la atención de “lo que está ahí en el interior” como causa del problema, hacia “lo que queremos obtener del mundo exterior”. No será la solución, pero aportará alivio, tal como ocurre con las medicinas basadas en los síntomas externos y no en la causa intrínseca del individuo.

          Ejercer poder y control sobre nuestro entorno, al tiempo que buscamos el reconocimiento de los demás, nos da cierta satisfacción de seguridad, pero siempre transitoria, pues no es del entorno de donde surgen las cualidades del mismo, y siempre necesitaremos ir ampliando nuestras estrategias hacia él.

          El desarrollo que el Ego ha experimentado con esa constante actualización de estrategias, ha sido muy interesante o valiosa, pero ya reclama de la intervención de otros modos de nuestra mente para dar seguridad estable a nuestras vidas, y la alcanzamos cuando aprendemos a intervenir sobre las actitudes que se instalan en nuestros estados emocionales y en los criterios que alimentan a los pensamientos que canalizamos.

          Fácilmente nos dejamos atrapar por la fuerza de nuestros sentidos corporales (sensaciones físicas) y tendemos a volcarnos a dar abastecimiento a aquellos y seguridad al Cuerpo que los genera y mantiene.

          La conciencia del alma ama la verdad y no el control y el poder sobre lo externo, y la verdad de la cualidad de lo externo se encuentra en nuestros estados internos, allá hacia lo que tenemos ya que dirigir las pretensiones de nuestra individualidad.

          Es comprensible el desconcierto que se produce en el periodo de pase de un modo de conciencia (externa) a otra (interna), como ocurre cuando nos iniciamos en una terapia alternativa que ha de sustituir a aquella en la cual antes nos basábamos plenamente. Sé que es duro cuando hay que decidir qué opción tomar en una situación crítica. Actuar sobre lo crónico (lo con poco aliento de mejoría) es más fácil y es por donde comienzan las terapias alternativas, con poco ya a perder si no resulta, pero en lo que aún pareciera admitir a la vieja medicina es donde está el mérito del atreverse al cambio, mostrando con ello una verdadera apertura a la nueva conciencia.

          La primera etapa con la que nos encontramos al iniciarnos en la potenciación de la conciencia del alma, es la observación, comprensión y sanación de nuestras heridas internas que motivaron el establecimiento de la conciencia del Ego. Ahora se trata de que el “reconocimiento” que hemos ido buscando fuera, lo alcancemos dentro de nosotros mismos, yéndonos a percibir los valores que realmente constituyen nuestra esencia, tratando ya de darles vida manifiesta fuera, es decir, materializándolos.

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