viernes, 5 de septiembre de 2008

Vivir es "crear en ti" a través del Compartir.

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          * Vivir no es buscar “fuera” para llenarte con ello.

          * Vivir es “crear en ti”, para luego compartirlo, es decir, sacarlo fuera y aportarlo a otros, para poder “vaciarte dando de ti”, de lo que vas siendo por dentro.
          Al “sacar” de lo que somos dejamos listo (presto) a nuestro Ser, a través de nuestra Conciencia, para poder seguir llenándose a través de nuestra propia creatividad en nosotros.

          * Los trabajos ordinarios (nuestra aplicación laboral) tratan de cumplir esos objetivos, pero sólo los cumplimos cuando entregamos en ello de nosotros, no de lo que tenemos “con” nosotros (factores externos), sino de lo que tenemos “en” nosotros (factores intrínsecos).

          * Ese “vaciarnos” aportando no implica el imponerlo a los demás, sino solamente mostrarlo, a fin de cubrir un triple objetivo, uno externo y dos internos, a saber:
          a) Aportar nuestra propia experiencia, por lo que pueda ser de utilidad a otros, cosa la cual, mientras más detalles y elementos de nuestra vivencia y de nuestra comprensión saquemos, más factores de utilidad y eficacia podrá contener nuestra aportación.
          b) Al sacar de nosotros, liberamos de la estructura de nuestro Ser factores vitales que ya “han sido”, con lo cual lo fluidificamos, le quitamos densidad, y queda más apto para recibir experiencias (intelectivas y/o emocionales, según aquellas que saquemos) cada vez de contenidos más sutiles, más evolucionadas que aquellas que ya vertimos.
          c) Adquirimos la posibilidad de autoanálisis de todo cuanto va saliendo a través de nuestra comunicación a los demás, siempre que hayamos cultivado la capacidad de observación de lo que va brotando de nosotros mismos. El mero hecho de tratar de hacer entender a otros lo que fue nuestra experiencia, aporta a nuestra Conciencia más detalles de los hechos en sí, lo cual nos posibilita una mayor comprensión de lo experimentado, con lo que sin la necesidad de aportación de los demás sobre nuestra comunicación, nos enriquecemos a través de nuestras propias palabras, gestos y actos.

          * Crear en nosotros es ir aportándonos de aquello que tendíamos a buscar o hallar fuera, tal como “respeto”, “consideración”, “aceptación”, “atención”, “valoración”, “seguridad”, “estabilidad”, “confianza”, “comprensión”,... Y para ello es preciso ir conociendo nuestra verdadera Naturaleza, a fin de ir sabiendo qué va en consonancia con ella y qué no, todo ello referido a de qué alimentos nos nutrimos, qué aire respiramos, qué ambientes nos envuelven, qué vínculos emocionales establecemos con cada persona, qué expectativas ponemos en cada cosa, situación o persona,... y, sobre todo, desde qué estado interno (mental y emocional) intervenimos en cada situación cotidiana.

          * Somos en el Cuerpo la proyección de nuestros valores mentales internos, y somos en la Mente la proyección de los valores despertados por nuestro Ser en la Conciencia que a través del plano encarnado venimos a desarrollar (conciencia de ser).
          Nuestro Cuerpo es el plano más denso, pero al mismo tiempo es el más vulnerable de todos ellos, siendo por ello el que nos posibilita percibir y trabajar a través de él los planos de la Mente, escurridizos en sí mismos por su condición de abstracción y movilidad.
          Andar con “los pies en la tierra” requiere la comprensión de la utilidad de nuestro Cuerpo para traer el Espíritu a la Conciencia de los niveles de la encarnación.

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